Las desventajas de aceptar una contraoferta
5 min | Hays | Artículo | Lugar de trabajo
Las contraofertas pueden ser muy diferentes: una subida salarial, más responsabilidades, un cambio en el cargo, mayor involucración en proyectos que te gusten – o quizás una combinación de todas. En cualquier caso, es necesario considerar los pros y los contras de aceptar una contraoferta.
No es oro todo lo que reluce
En muchas de las formas, las contraofertas son un fatídico disfraz. Quizás lo ves bien, más posibilidades más opciones significa más poder para mí, pero la realidad es que una contraoferta pocas veces es una causa de celebración.
Habiéndote preparado mental y logísticamente para un traslado lejano, una contraoferta puede fácilmente tirar al suelo tu balanza y tus planes. La decisión de marcharte de tu trabajo nunca la tomarás a la ligera, por eso cuando te presentan una contraoferta, debes tomarte un paso atrás y considerar todas tus opciones.
Probablemente hayas pasado meses planeando el cambio, buscando empresas, conociéndolas, organizando tu vida alrededor de un nuevo salario, etc. Una contraoferta en el último momento puede hacerte dudar de todo.
Refresca tu memoria
Recuérdate todas las razones por las que decidiste salir. ¿Lo que te ofrecen, va a resolver lo que ha hecho que quieras irte? Si te ibas porque no te sentías adecuadamente aprovechado en tu cargo actual, un aumento salarial no te aportará la satisfacción que necesitas.
Una vez hayas recordado las motivaciones de un cambio, es importante que te preguntes por qué tu empresa actual quiere que te quedes. Entendiendo que te ven indispensable, puedes conseguir una nueva perspectiva ahí para tu cargo y mejor valoración en el negocio.
Aquí tienes diversas razones por las que quieren que te quedes:
- Buscar un sustituto puede resultar mucho más costoso
- Tu salida puede estropear el presupuesto de contratación anual
- No tienen tiempo para contratar a otra persona
- Quieren tener tu puesto cubierto mientras buscan un remplazo
- Quieren finalizar el Proyecto en que estás trabajando
- No tienen tiempo de formar a otra persona
La fría realidad es que quedarse contigo porque tus habilidades son indispensables en el negocio es la excusa más habitual usada para justificar las contraofertas.
Hay muchas razones para argumentarte que te quedes. Si realmente estás seguro de que tu empresa quiere que te quedes, te aconsejamos que negocies bien las condiciones de tu contraoferta.
¿Deberías quedarte o deberías irte?
Querías moverte de ahí, has atravesado todo un proceso de selección, has conseguido un nuevo trabajo que se adapta a tu criterio. Has empleado mucho tiempo y recursos en el cambio, y probablemente a nivel emocional ya estés reubicado. Quedarte en el mismo lugar después de todo podría suponer dar un paso atrás.
Además de eso, debes considerar que futuro te espera si aceptas una contraoferta, una vez hayas anunciado tus intenciones de marcharte tu lealtad siempre estará en entredicho. Has dejado claro que a largo plazo no ves futuro para ti en la compañía, y esto puede afectarte a ti en futuras promociones. Tus compañeros pueden verte de una forma distinta, sabiendo que no te apetece estar ahí, probablemente tu primera batalla será para regenerar la cohesión que ha quedado dañada.
También tienes que considerar que tu jefe empiece a planear tu salida tan pronto como aceptes la contraoferta. Si hay alguien esperando para ocupar tu puesto, tendrás una sombra que estará constantemente presente en tu día a día, y puede acabar afectando a tu rendimiento.
Las estadísticas hablan por sí mismas, el 80% de empleados que aceptan una contraoferta salen de la empresa en menos de seis meses, además, el 93% salen antes de los dieciocho meses.
No te sientas culpable ni cuestiones tu lealtad a la compañía por querer irte, debes excluir la parte emocional en tu decisión, la decisión se ha de tomar desde un punto de vista frío y racional.
Haz el trabajo que ames
Que una contraoferta inesperada no te detenga. Da una buena zancada y agradece a tu empresa la oportunidad de reafirmar tu intención de salir, a menos que la contraoferta realmente satisfaga tus expectativas.
Tendrás que trabajar duro para recobrar la palabra entre tus compañeros. La segunda era será complicada pero tendrás que pasarla y recobrar la confianza que se haya podido dañar y trabajar duro para ello.
¿Debería quedarme o debería irme? Si esta pregunta te ha atormentado últimamente, considera la posibilidad de leer nuestra entrada. Haz lo posible para levantarte por la mañana pensando “adoro mi trabajo”.